ANGELES & DEMONIOS


Angeles & Demonios muestra con la belleza de su edición que sí se puede publicar una revista con alta calidad en sus artículos y en el diseño de la misma. Es elogiable la labor del artista gráfico. Ha logrado una mezcla perfecta de las artes, las letras y el diseño.

En sus páginas aparecen César Vallejo, Víctor Humareda, José Watanabe, Jorge Eduardo Eielson, Blanca Varela, Alejandra Pizarnik, Luis Hermández. A ellos los acompañan artículos, testimonios personales, algunos poemas y relatos que aseguran una lectura permanente y exquisita para los amantes de la cultura.

También se habla de la milenaria fiesta cusqueña del Qoylloriti. La revista es editada en el Cusco. Podrán leer artículos de Enrique Sánchez Hernani (El color del silencio, dedicado al pintor Víctor Humareda); de Rosella di Paolo (La palabra entre los dedos), “El canto villano de Blanca Varela”, de Carmen Ollé, dedicados a la autora de “Ejercicios materiales”; y “Taytacha Qoyllorit’i”, de Juan Núñez del Prado; entre otros.

Una revista de lujo, recomendable para disfrutar no sólo de su lectura sino de la belleza de su diseño gráfico. Se trata, sin dudas, de una publicación que no escatimó esfuerzos para alentar la actividad literaria y artística más allá de Lima.

En narrativa hay una deliciosa mezcla de la experiencia y la naciente literatura. César Vallejo lo abre con "Más allá de la vida y de la muerte", precedido por Juan Carlos Galdo, que trata sobre el peso de los relatos andinos en los del autor de Trilce. Luego vienen Miguel Ildefonso, Carlos Rengifo, Santiago Javier Ambao, Andres Kartak, Amelia Guillén, Irma del Águila y Miguel Ángel Pimentel, con sus relatos. Y en torno al arte de narrar versan Carlos Fuentes, Henry James y Carlos Rengifo, y Jorge Coaguila se ocupa de Julio Ramón Ribeyro.

También, José Carlos Huayhuaca habla sobre el papel bajo el título, "Eros en la pantalla", Rocío Silva Santisteban sobre "El mundo de la utopía del amor", y hay textos de Uriel García, del Inca Garcilaso, de Enrique Sánchez Hernani, quien se dedica a Víctor Humareda.

Estamos en un momento importante, en todo el mundo artístico-cultural. Tras la iniciativa de crear un Ministerio de la Cultura, es necesario tener en cuenta y escuchar las ideas y opiniones de las diversas voces que envuelven el arte y forman parte de nuestra cultura. Que alzan su voz por ella con certera justicia. Esta revista es una voz a escuchar y una palabra a leer. Excelente labor la del Centro Cultural de España. Angeles & Demonios es una publicación digna de leer de comienzo a fin, no hay salida, es necesario alimentar el alma.

LOS ARTISTAS MUEREN DE PIE

Aunque hayan pasado algunos días sigue doliendo la muerte inesperada del poeta Alejandro Romualdo, así como él otros han seguido el camino. Jorge Salazar, gran periodista, amigo y maestro nos dejó hace poco. Lástima, como ya han dicho muchos, que el Estado haya olvidado su labor de proteger a sus hijos. Qué país sería el nuestro si nuestros poetas, escritores, fotógrafos, pintores, escultores, músicos y todo aquel que eligió el arte y la cultura como carrera y destino fueran impulsados por el Estado.
Indudablemente no tendríamos la tasa de analfabetismo que tenemos y avergüenza. En el sepelio de Alejandro Romualdo no hubo ni por un minuto la presencia de alguien del Ministerio de Educación; entonces, ¿de qué grado de cultura hablamos? Nuestros mejores hombres están muriendo en el completo abandono. Fue con Martín Adán, aún recuerdo la foto de mi padre sobre el poeta en sus últimos días, olvidado. Así ocurrió con el periodista Isaac Felipe Montoro, a quien encontré casi a las cuatro de la madrugada hace algunos años –en pleno invierno- durmiendo cerca del policlínico Angamos esperando conseguir una cita con el médico.
Pasó con Francisco Bendezu, Premio Nacional de Poesía, estuvo solo, agonizando y pobre. Y pasaron los años y el recuento es doloroso, pero allí están los artistas, sobreviviendo ante la soledad, el abandono moral y físico de los gobiernos que los olvidan. La palabra de los artistas teje la historia de nuestra cultura haciéndola más fuerte y representativa; sin embargo, la tragedia de perderlos nos afecta más aún cuando los hemos conocido y disfrutado de su arte.
Mucho, por no decir casi todos, no cuentan con un seguro médico, una pensión para una vida digna al llegar a la vejez. Muchas veces la ayuda de los amigos hace el camino menos duro, pero no debería sufrir el artista como viene sufriendo. No debería mendigar para sobrevivir. No deberían la pena y el sufrimiento abusar de su poder creativo. Pero allí están de pie, caminando a grandes pasos con su poesía, con sus escritos, con su música, con sus pinturas, con su arte.
Siempre dignos con el alma destrozada empujando su voz. Tras sus muertes un busto adornará algún lugar de Lima. En su muerte los amigos se juntarán de nuevo para reclamar el abandono y todo seguirá igual, porque el Estado simplemente no escucha. ¿Sobre qué cifra se ha reducido la pobreza, seguramente el Estado no ha considerado a los artistas o los ha considerado siempre en pobreza extrema? A quien le reclama un artista una vida digna, una muerte digna, ¿quién lo puede escuchar? ¿A dónde van caminando en soledad hasta que la muerte los alcance? No tienen tiempo de reposar tienen que sobrevivir porque los artistas mueren de pie.

Poema A OTRA COSA de Alejandro Romualdo

A otra cosa Basta ya de agonía. No me importa la soledad, la angustia ni la nada. Estoy harto de escombros y de sombras. Quiero salir al sol. Verle la cara al mundo y a la vida que me toca. Quiero salir, al son de una campana que eche a volar olivos y palomas. Y ponerme, después, a ver qué pasa con tanto amor. Abrir una alborada de paz, en paz con todos los mortales. Y penetre el amor en las entrañas del mundo. Y hágase la luz a mares. Déjense de sollozos y peleen para que los señores sean hombres. Tuérzanle el llano a la melancolía. Llamen siempre a las cosas por sus nombres. Avívense la vida. Dense prisa, Esta es la realidad. Y esta es la hora de acabar de llorar mustios collados, campos de soledad. ¡A otra cosa! Basta ya de gemidos. No me importa la soledad de nadie. Tengo ganas de ir por el sol. Y el aire de este mundo abrir, de paz en paz, una esperanza.