¿UN MILAGRO DEL CRISTO DE ELQUI?
“Yo no sé nada de estructuras,
no planeo mis libros ni hago esquema tengo una historia y me siento a escribirlas. Sé por dónde voy pero no sé cómo va a terminar, los personajes me llevan de aquí para allá, hasta el final”.
Un hombre de fe, con la suerte impregnada
en el número once, que vivió 45 años en el desierto, donde su literatura fue la
tabla que lo redimió del destino que pensaba iba a tener cuando era niño. Que
le cambió la vida, pero no lo cambió a él, que sigue siendo el contador de
historias –como se hace llamar-, que recuerda una infancia muy feliz a pesar de
su pobreza es Hernán Rivera Letelier, el premio Alfaguara 2010.
MD:
Un poco trasladándonos al momento en que recibe la noticia, hay una mezcla de
sentimientos, cuáles fueron los suyos…
MD:¿Un
milagro del Cristo de Elqui, quizá?
MD:
Y su novela El arte de la resurrección es la undécima por cosa del destino…
MD:El
Cristo de Elqui, por qué el nombre, que hay detrás de este personaje.
MD:
Cómo concibe al personaje, cómo le va dando forma a pesar de saber que había
existido.
MD:¿Hubo
mucho trabajo para investigarlo y conocerlo?
MD:
Y Magalena Mercado, la prostituta, como la fue moldeando…
MD:¿El
cura que aparece en su novela es un personaje de ficción o es un personaje
real?
MD:
Muchos han señalado que su narrativa es una mezcla de crónica histórica y
social con realismos mágicos pero ¿cómo describe usted su narrativa?
MD:Tuvo
un gran sueño ¿y ahora?
MD:Qué
viene ahora de Hernán Rivera
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